Cómo poner límites a mamá tóxica y a la familia en Navidad 🎄

La Navidad, una época que debería estar llena de paz y alegría, puede convertirse en un verdadero desafío emocional para las hijas de madres narcisistas. Muchas de vosotras me escribís compartiendo experiencias de dolor y frustración en estas fechas. Hoy quiero reflexionar sobre ello y brindaros herramientas prácticas para enfrentar esta situación y priorizar vuestro bienestar.


El «Hoovering» en Navidad 

La Navidad es una época que «ablanda» los corazones. Parece que estamos más abiertos a perdonar, a pasar por alto ofensas del pasado, a echar de menos a la familia… y mamá narcisista lo sabe. La Navidad es una época clave para «traer de vuelta» a la familia a la «oveja descarriada» que suele considerarse el chivo expiatorio. Es el llamado «hoovering», que tiene que ver con «aspirar» de vuelta a las ovejas negras de la familia.

Mamá narcisista suele ser orgullosa y prepotente, por eso en vez de ser ella la que busque a su víctima, enviará a sus monos voladores: hermanos, tías, tíos, primos, amigos, …. para que apelen a la conciencia de su chivo expiatorio para que «se acerque» a mamá, acuda a la cena de navidad, la llame… Mamá narcisista orquestará toda una secuencia de contactos indirectos a través de terceros haciendo ver «lo mucho que sufre con esta hija/o chivo». 

Si esto no resulta, puede incluso plantarse ella en casa del chivo «como si nada pasase», con migajas de amor… para hacer dudar al chivo una vez más… y que se plantee el volver al redil. También puede aparecer y o bien «montando un pollo», victimizándose, y tratando de generar culpa en ese chivo, y generar en su entorno apoyos a su madre «porque está mayor».



Cuando los monos voladores te recriminan o te dicen cómo actuar con tu madre

Una de vosotras compartió conmigo una experiencia que refleja lo que muchas vivís durante estas fiestas:

 

«Ana, cada vez que voy a visitar a mi madre, siempre hay alguien que me lanza frases como ‘Tu madre está triste porque no viniste ayer’ o ‘Tienes que traerle un móvil para que te llame’. Sé que son parte de la campaña de desprestigio que mi madre narcisista ha montado contra mí, pero es tan agotador. Me voy llorando a casa después de estas visitas.»

 

¿Os suena familiar? Para muchas hijas de madres narcisistas, este es el pan de cada día, y en Navidad parece intensificarse. Familiares y conocidos, manipulados por vuestra madre, critican cada decisión que tomáis mientras perpetúan su narrativa de víctima. Esto no solo afecta vuestra paz, sino que también puede haceros sentir culpables e insignificantes.

Debes recordar que la única persona que sabe cómo te trata mamá a ti ERES TÚ. Mamá no muestra esa cara a nadie más. Por eso nadie te cree.

Las personas que te exigen, te juzgan, te dictan que hacer… cuando tienen información parcial y manipulada de la historia, te están revictimizando. Como adulta, la única persona que puede poner límites ERES TÚ MISMA.

 

hoovering

La Trampa del «Querer Justificarte»

Cuando te increpan, es completamente normal y natural querer justificarte, demostrar que no eres una mala hija, que no has hecho nada malo, que entiendan tu parte… Sin embargo, aquí está la primera clave: no le debes nada a nadie. Ni a tu madre, ni a sus cómplices.

Quiero que reflexionemos juntas sobre estas tres ideas fundamentales:

1. No le debes nada a nadie

Tus decisiones y tu forma de cuidar de ti misma son tuyas, y no necesitas la aprobación de nadie para priorizar tu salud emocional. Recuerda: querer a alguien no significa tolerar su abuso. No puedes esperar que todo el mundo te entienda ya que esto último depende de su percepción y experiencias. Pide respeto, no entendimiento. P.ej.

  • «Gracias por tu comentario, lo tendré en cuenta» (evita confrontar a personas que vengan con intención de buscar guerra o tirarte hacia abajo);
  • «Con el debido respeto te voy a pedir que te mantengas al margen en mi relación con mi madre. No te pido que lo entiedas: te pido que lo respetes.» (cuando la persona se pone muy prepotente a veces necesitamos «cortar» más fuerte);
  • «Respeto que lo veas así, sin embargo yo lo veo de otro modo» (aqui respetas al otro y a ti, creo que para mi es la mejor manera)

2. ¿Qué le dirías a alguien en tu lugar?

Si alguien te contara lo que tú estás viviendo, ¿le dirías que se callara? ¿Que no hiciera caso? Eso sería revictimizar. Como dijo Gisele Pelicot: «Que la vergüenza cambie de bando.» Estas madres no solo manipulan, sino que destruyen la psique de sus hijas, robándoles la alegría y las ganas de vivir. Eso es ABUSO con letras mayúsculas, y ante el abuso hay que decir: BASTA YA. Callar solo perpetúa sus mentiras y manipulación, y te hace cómplice de tu propia destrucción.

¡Ojo! ¡No te digo que vayas contando tu historia por todas partes! Digo que no calles ante al abuso y trates de aprender a responder de forma firme y consciente.

3. Es normal que no te sientas con derecho a decir «no»

Ante el cuestionamiento de los demás vuelves al patrón de dudar de ti, de avergonzarte, de dar explicaciones… No es que seas tonta, débil o incapaz. Es el patrón de sumisión y complacencia en el que te entrenó tu madre narcisista desde pequeña. Has sido condicionada para creer que tu valor depende de satisfacerla. Pero déjame decirte algo: eso no es cierto. Tienes derecho a decir «no», a poner límites y a priorizarte a ti misma. Y cuando la persona en frente es abusiva y tú eres adulta: ¡¡el derecho se convierte en un deber!!

4. Es normal sentirte molesta y triste

Cuando te callas, la ira de no defenderte se transforma en tristeza y desesperanza. Esta es la indefensión aprendida que muchas hijas de madres narcisistas llevamos muy enraizada. Es hora de romper ese patrón y reclamar tu derecho a ser respetada.


¿Qué puedes hacer? Algunos consejos prácticos.

Si esta Navidad sientes que la manipulación está a punto de sobrepasarte, aquí tienes algunos consejos prácticos para protegerte:

1. Prepárate mentalmente antes de las reuniones

Anticipa los comentarios incómodos y decide de antemano qué límites quieres establecer. Reconocer las dinámicas antes de enfrentarlas te ayudará a mantener el control.

2. No te justifiques

No necesitas dar explicaciones por cuidar de ti misma. Puedes responder de forma educada, pero firme. Por ejemplo:
«Gracias por tu preocupación, sin embargo mis decisiones son personales.»

3. Establece límites claros

Si las reuniones son insostenibles o te dañan emocionalmente, considera reducir el tiempo que pasas en esos entornos. Esto no es egoísmo, es autocuidado.

4. Busca un sistema de apoyo

Si hay alguien en la familia «salvable» trata de buscar su apoyo. Si p.ej. vas a comer con tu familia y vas con tu marido e hijos, o tu pareja, pide que te ayude a salir de ahí si las faltas de respeto son insoportables.

Y si necesitas ayuda para identificar dinámicas tóxicas, no olvides que tienes mi test gratuito para saber si tu madre es narcisista.

Reflexión Final: Querer No Es Permitir el Abuso

Es importante recordar que amar a tu madre no significa aceptar su abuso. Tampoco significa soportar la manipulación de sus cómplices. Puedes tener empatía, pero desde un lugar donde priorices tu paz y bienestar.

La Navidad no tiene que ser perfecta, pero sí puede ser una oportunidad para empezar a cuidarte, respetarte y decir «no» al abuso. 

¿Qué puedes hacer ahora?

Si quieres dar el primer paso, descarga mi test gratuito para saber si tu madre es narcisista. Es una herramienta que te ayudará a entender mejor tu situación y a tomar las riendas de tu vida.

Gracias por estar aquí, por leerme y por confiar en este espacio.

**Recuerda: no estás sola en esto. Juntas, podemos empezar a construir una vida más libre y auténtica.**

 

AQUI ABAJO TE DEJO EL VÍDEO DE ESTE POST:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Carrito de compra